No es que nos guste hacernos daño pero después de un par de puñetazos y comprobar que no me rompo, necesito drogas. sexo y dolor para vivir.
Los dramas se quedan en la cama y no importa si me echo de menos, siempre puedo volver a las máscaras.
Así es la vida, puedes exigir una respuesta o liarte a pegar tiros.