Para alcanzar los sueños hay que despertar.


Nunca había tenido tantas ganas de vivir.
Hoy no quiero leer libros, quiero devorarlos.
No quiero escuchar música, quiero que se me meta en el cuerpo, y en el corazón.
No quiero dormirme destapada por las noches, quiero un escalofrío constante.
No quiero emociones banales, prefiero que se me erize la piel de la nuca, no por emociones, por pasiones.
Quiero besar y hacer el amor y despedirme para siempre y volver a verte y todo ello con la cara y el alma pintadas con sonrisas.